Esquí de montaña en Noruega.
Tromsø-Lyngen
Una de esas experiencias que hay que intentar tener al menos una vez en la vida
Lyngen Alps, Noruega
Esquí de montaña en el norte de Noruega
Tromsø, nuestro destino, es una ciudad del norte de Noruega. Se trata de un centro cultural y turístico importante que se encuentra por encima del círculo polar ártico. Es conocida mundialmente por ser un lugar donde poder ser testigos de las coloridas luces de las auroras boreales que iluminan el cielo durante las noches que tengamos la suerte de poder contemplarlas. El centro histórico de la ciudad se compone de centenarias casas de madera. Llegaremos a esta nevada ciudad por avión desde Barcelona.
Volamos con la compañía noruega en auge Norwegian Air. Sobrevolar Noruega ya es toda una experiencia. El aterrizaje no puede ser más invernal. Pistas heladas, metros de nieve acumulados, y nevando. De hecho estamos en entrada a la Laponia noruega. Otro dato curioso, esta ciudad se encuentra a unos 350km del Círculo Polar Ártico. El verdadero norte empieza aquí, en Tromsø. También es la ciudad de más de 50.000 habitantes más boreal del mundo. En Lyngen, cerca de Tromsø, estamos a la misma latitud que el punto más al norte de Alaska.
En este lugar, para hacer esquí de montaña, es imprescindible alquilar un coche. En el mismo aeropuerto (reservado con anterioridad al viaje) hay varias oficinas de alquiler de coches. Y lo mejor, con portaesquís. En esta época del año ya los alquilan con ruedas de invierno (fundamental, ya que las carreteras están heladas). Así que la conducción cambia completamente. Hay que ir con cuidado. También ojo con la velocidad. Hay mucho control de velocidad y las multas son astronómicas.
El primer día de actividad nos iremos a dos picos, los más al norte de la isla. El Russelvfjellet y Storgalten. La frase del día fue: «nunca vamos a estar tan al norte como hoy». La sensación de ponerse los esquís junto al frío Mar del Noruega es algo nuevo para nosotros. Eso sí, pese a estar a nivel del mar, la temperatura es bajísima. Será mejor conforme vayamos ascendiendo. Ascenderemos de espaldas al mar, con unas vistas nuevas para nosotros, acostumbrados a nuestras montañas pirenaicas. Gracias al GPS podemos saber dónde aparcar, más o menos, y dónde empezar, porque es todo un paisaje blanco continuo. Más tarde comprobamos que los quitanieves van limpiando apartaderos para poder aparcar. No podemos abrir nuestro propio hueco en la nieve, porque puedes ser sancionado. Precisamente por eso, tampoco es recomendable madrugar por dos motivos: la apertura de huella, que es tremendamente dura, y encontrar los apartaderos y aparcamientos limpios.
Dos picos sencillos para comenzar nuestra toma de contacto en la zona: Russelvfjellet y Storgalten. Al norte del norte, con unas vistas al mar impresionantes, con tiempo cambiante y un frío tremendo. Siempre bajo cero, entre -4 y -10 durante todo el día. El sol se muestra en un atardecer continuo, ya que nunca alcanza nuestra vertical. Está siempre cerca del horizonte. El tiempo hoy, cambiante, pero siempre frío. Un poco de sol, nubes, algo de viento helador… Subimos con casi toda la ropa puesta (hay que llevar toda la que tenemos, no nos sobrará).
En resumen, dos picos cercanos, al norte de la zona de Tromsø, en la zona más al norte de Noruega, donde se llega a entender las duras condiciones que sufrían los antiguos habitantes de la zona, con el mar a un lado y las montañas de 1000 metros o más al otro. Con nieves casi perpetuas y temperaturas bajísimas.
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