Comenzamos por la cara sur del túnel hacia el refugio, donde tomamos un tentempié. Continuamos hasta el Puerto Viejo de Bielsa, lugar que forma parte de la historia. De ahí al pic de l’Aiguillette, por el hombro, con vistas espectaculares.
Tuvimos la inmensa suerte de que el descenso que elegimos aún no había sido tocado, con lo que disfrutamos de un descenso además de espectacular, muy gozoso.