Esquí de montaña. Pico Musales
Descenso por la cara oeste
Ascensión con esquís al pico Musales (2.653 m) y descenso por la pala oeste
Pico Musales con esquís de montaña
Descenso por la cara oeste
Todos los que hacemos esquí de montaña hemos visto la pala oeste del Musales desde la carretera antes de la entrada a Sallent de Gállego, en nuestro camino hacia el Portalet o hacia cualquier otra ruta cercana con esquís. Debido a su orientación e inclinación no es fácil encontrarla en condiciones de buena nieve y de peligro bajo o moderado. De hecho es conocida su famosa avalancha que cada cierto tiempo descarga hasta el fondo del valle, en el camino de la Sarra a Respomuso, demostrándonos el poder destructivo de la nieve.
Partimos del embalse de La Sarra, tomando la pista que parte junto a la presa. En una semana hay que portear mucho más, ya que la nieve se está retirando a pasos agigantados estos días de calor. Porteamos hasta aproximadamente los 1700m de altitud. Pero pronto será mayor el porteo. Hemos madrugado así que el sol aún no nos da al llegar a la majada del Cambillón, cosa que se agradece. Hacemos el tramo de pista horizontal, que aún se puede hacer con esquís, y pasamos junto al muro paraaludes del barranco del Ibonciecho (Sanchacollons en el mapa). De ahí tomamos rumbo hacia la Cubetilla, para, antes de llegar bajo la falda del Sanchacollons, girar a la izquierda para colocarnos justo encima del Ibonciecho, pero sin llegar a pisarlo. Por este recorrido se pasa por zonas más suaves y menos expuestas.
No sin esfuerzo (por el calor) llegamos a la cumbre sin necesidad de poner cuchillas ni nada. Haciendo nuestras cómodas zetas, poco a poco, sin prisa pero sin pausa, conseguimos nuestro objetivo. Llegamos a la cumbre y nos asomamos al otro lado para contemplar la inmensa pala que nos espera. Está adornada con alguna avalancha, pero es tan ancha y amplia que tiene muchos tramos de nieve para nosotros, sin bolos ni problema alguno. Empezamos a descenderla y a gozar como niños de este estupendo descenso.
Sabemos que entre los 2.100 y los 2.000 m tenemos que girar a la izquierda para ir a buscar el «chalet del ingeniero» si no queremos volver a poner focas. La propia montaña nos indica el lugar con un oportuno cambio radical de nieve, que se convierte de dura y esquiable a enganchosa y lenta. Eso nos permite ir asomándonos a la izquierda para poder buscar un buen paso. Como referencia también sirve que empezamos a estar ya cerca de los primeros árboles. También unos 100 metros antes, hay una canal con muy buena pinta para descender que nos puede ayudar y que si se encuentra en buenas condiciones (nosotros la vimos con muchos bolos y parecía incómoda) es perfecta para no pasarse de altura. A nosotros nos tocó remar un poquito porque nos emocionamos bajando.
Una vez divisamos el chalet y el repetidor pasivo, el camino es el mismo que el de ascenso. Ya la nieve está muy transformada y bajamos con facilidad. Entramos en el bosque apurando las últimas lenguas de nieve (esta vez no llegamos al tramo de pista después del bosque, donde está la curva de 180º). A partir de ahí, esquís a la espalda y bajamos caminando y comentado «las jugadas»
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