Ruta guiada en Ordesa
Pradera de Ordesa a Refugio de Góriz
Estupenda y larga ruta que recorre el Valle de Ordesa, llegando a la Cola de Caballo, terminando en el Refugio de Góriz
Rutas guiadas en Ordesa
Valle de Ordesa a Refugio de Góriz
Bella ruta que nos permite contemplar la enorme variedad que esconde el Valle de Ordesa, una de las joyas del Pirineo Aragonés. Se trata de una ruta sencilla, pero larga, por lo que conviene estar habituado a caminar por montaña.
Comenzamos en la Pradera de Ordesa, muy temprano, para evitar en lo posible el calor de las horas centrales. Nos adentramos en los bosques del fondo del valle, entre las gigantes paredes a ambos lados del valle, en la pista que sube poco a poco hasta el Bosque de Hayas, donde podemos parar a contemplar varias flores que sólo existen en el Pirineo, así como escuchar el canto de los pájaros que habitan aquí, a la sombra de estos árboles.
El paseo hasta ahora es excepcional. El bosque magnífico y el silencio sólo se rompe por el cantar de los pájaros y el rugido del agua. Ascendemos, además, suavemente, hasta que llegamos al final del bosque y nos adentramos en una alfombra de flores previa a las Gradas de Soaso. Aquí termina la pista y continuamos por un sendero muy marcado que, en corta pero intensa subida, nos eleva ya a la altura del Circo de Soaso, donde ya divisamos los gigantes del Parque Nacional. Monte Perdido y Añisclo.
Caminamo de nuevo en llano, contemplando las numerosas marmotas que escapan al escuchar nuestra llegada. El agua cae por todas partes y seguimos entre dos paredes naturales de piedra que nos sobrecogen. En seguida, sin darnos cuenta, llegamos a la Cola de Caballo, lugar emblemático y meta para la mayoría de los caminantes que visitan el Valle de Ordesa.
Descansamos un rato en el puente, disfrutando de la vista de la Cola de Caballo. Aún nos queda un buen trecho hasta el Refugio de Góriz. Para subir utilizaremos las Clavijas de Soaso, un paso por la roca equipado con barras de hierro y una cadena que nos ayuda a escalar sin dificultad. Pero no por ello debemos dejar de estar atentos a dónde ponemos los pies y las manos. Subimos y cada mirada atrás nos revela una nueva perspectiva del Valle de Ordesa y de la Cola de Caballo. Una vista cada vez diferente y que nos anima a seguir ascendiendo para ver cómo será la siguiente vez que miremos abajo.
El cansancio se hace notar y la llegada a Góriz es como un regalo a nuestro esfuerzo. Podemos descansar, tomar un refresco, o incluso comer algún plato caliente o ensalada. Y, sobre todo, disfrutar de las vistas, del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido mientras saboreamos nuestro merecida recompensa.
Pero no podemos bajar la guardia, porque hay que volver. Esta vez descenderemos por el GR-11, camino habitual para quien no quiere ir por las Clavijas. Descenderemos por el Valle de Ordesa, y pararemos a gozar de las vistas de la Cascada del Estrecho y la Cascada de la Cueva, antes de cruzar el Río Arazas y retornar al aparcamiento de la Pradera por el otro lado del río.
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