Barranco de Mascún
Descenso de barrancos en Sierra de Guara
Quizá uno de los barrancos más impresionantes de toda la Sierra de Guara junto con Gorgas Negras
Barranquismo en Sierra de Guara
Barranco de Mascún
Ya la aproximación a este barranco es todo un desafío. El Mascún Superior nos sorprenderá por su asombrosa arquitectura natural y sus mezclas de roca, luz y agua. Barranco exigente, pues cuenta con una aproximación de entre 2:30 y 3 horas desde Rodellar. Aunque, a cambio, la senda que aproxima al barranco ya posee una belleza que bien merece la pena disfrutarla a pesar del sol y esa temida cuesta en la Costera. Una de las actividades de barranquismo en Sierra de Guara más bellas y exigentes.
Pasamos por el pueblo abandonado de Otín, que cada año va perdiendo casas en pie. Desde Otín ya queda poco para adentrarnos en el cañón del Mascún. Cuando llegamos al Saltador de las Lañas, entrada al barranco, nos cambiamos y nos equipamos. Y comienza el descenso. Ya este punto nos deja con la boca abierta. Un salto, un rápel (los saltos siempre se pueden evitar) y estamos ya dentro del cañón.
Este barranco se encuentra en su mejor momento en primavera, ya que el calor del verano hace la aproximación penosa y además el cauce se suele secar en esa época del año. Abril y mayo son los mejores momentos para descenderlo, aunque encontremos el agua fría, ya que la temperatura exterior es siempre agradable sin llegar a castigarnos por altas temperaturas. Recomendable llevar guantes.
A partir de la entrada, sucesión de tramos abiertos y otros más encajados que tendremos que rapelar. Impresionante el paisaje que nos hace mirar hacia arriba para ver esas fabulosas formaciones calcáreas sobre nuestras cabezas.
Una zona abierta y sin complicaciones nos lleva hasta las Cascadas de Peña Guara (7 y 12 m), como preámbulo al tramo subterráneo e increíble conocido como los Oscuros de Otín, un verdadero capricho de la naturaleza esculpido por el agua durante miles de años. Le siguen caos, sifones, remansos de quietud y sol… y siempre rodeados por tremendas paredes verticales a nuestro alrededor. Llegamos a la zona del Pozo Negro, donde se suceden una serie de rápeles de entre 5 y 12 metros. Otro momento memorable del barranco. Un último rapel de 5 metros nos marca el fin del barranco en sí, en la confluencia con el Barranco de Otín. Pero no acaba aquí el descenso.
Finalizado el ultimo rápel,seguiremos aguas abajo hasta llegar al mismo camino de vuelta que recorrimos por la mañana temprano. Sólo nos queda subir el sendero para llegar a las casas y pueblo de Rodellar.
¿Quieres más información o contratarnos para descenso de barrancos?