La Ferrata de Sorrosal en Broto, en esta época del año está especialmente bella. Con los barrancos desbordantes de agua y la primavera desbordante de color. El deshielo de las nieves de las cumbres hace que los ríos bajen crecidos, y con ese especial color en sus aguas, que los hace diferentes.
Además, la roca que nos rodea en el barranco de Sorrosal son flysch, son facies rocosas de origen sedimentario compuestas por una alternancia rítmica de capas de rocas duras -cohesivas- (caliza, pizarra o areniscas) intercaladas con otras más blandas -friables- (margas y arcillas). Esto hace estar en un paisaje singular en el Pirineo, ya que esta roca proviene de la costa marina.
En Broto, muy cerca del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido, encontramos esta vía ferrata de Sorrosal. Con un ingenioso recorrido, asciende junto a la cascada y una pequeña parte del barranco de Sorrosal en un variado itinerario, con varias escaleras, un puente sobre el barranco, e incluso una pequeña cueva aprovechando una toma de agua que recoge en verano para los campos aledaños.
El entorno de la cascada, junto al inicio de la vía ferrata es un espectáculo natural lleno de história geológica y pliegues imposibles que explican parte del proceso de formación de los Pirineos.
Las formas de la roca, sus pliegues, unido al ensordecedor ruido de la cascada en primavera. llegan a convertir el lugar en algo hipnótico y atrayente.