Raquetas de nieve
Con la llegada del invierno las cumbres, los caminos y los bosques del Pirineo se cubren de nieve y, con ella, nos encontramos con un magnifico terreno de juego en el que experimentar nuevas aventuras. La nieve, antes enemiga de nuestros paseos invernales pasa a ser, gracias a las raquetas de nieve, nuestra aliada y amiga de nuestras aventuras por la naturaleza.
La sensación de caminar dejando nuestra huella en un paisaje blanco inmaculado, sin apenas ruidos que enturbien la armonía del entorno, despierta nuestros sentidos y nos devuelve a ese ya perdido contacto con la naturaleza. Los encuentros con los animales o con sus huellas en la nieve nos llevan a experimentar nuevas aventuras en la nieve.
La montaña se experimenta de manera diferente en invierno. En la montaña invernal nos muestra su lado más sereno pero también en el más hostil. Disminuyen las horas de luz y los horarios aumentan en torno a un 30% con respecto al verano. El frío y los aludes son los principales riesgos que encontraremos.
De las diferentes formas de desplazarnos sobre la nieve ninguna hay tan sencilla y eficaz como las raquetas de nieve. Las primeras raquetas de nieve de las que se tiene constancia son de hace unos 6000 años encontradas en la zona de Asia central parece ser como solución al problema del desplazamiento sobre la nieve que tenían las tribus nómadas. Es probable que gracias a las raquetas de nieve se facilitara el paso del estrecho de Bering (entre Asia y América), posibilitando la colonización por parte de los eurasiáticos del norte de América. En estas tierras del norte es donde alcanzarían su mayor uso y desarrollo manteniendo incluso los modelos de diseño que apenas han cambiado hasta hoy.
Los siguientes colonizadores, ingleses y franceses del norte de América (Canadá y Alaska) ya dibujaron escenas donde los indios aparecían con raquetas de nieve bajo para sus salidas de caza del búfalo o también para ir a la guerra. Eran alargadas y con el correaje hecho de trenzados finos de cordel en cuero. La parte delantera era prácticamente idénticas a los diseños actuales.
El uso de las raquetas se ha mantenido hasta nuestros días en las sociedades rurales de montaña o que viven en contacto con la nieve. En Alpes y Pirineos las raquetas se han adaptado a las pendientes de las montañas haciéndose más pequeñas y redondeadas. Muchos de estos modelos de madera sirven de decoración en paredes de restaurantes, refugios y bares. La raqueta tradicional de madera ha sido sustituida por modelos de plástico de menor peso y gran resistencia, mejorándose sobre todo los sistemas de fijación a la bota.