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El esquí de travesía, o esquí de montaña, es una modalidad a medio camino entre el alpinismo y el esquí que no precisa de zonas preparadas ni señaladas y que tiene como objetivo realizar una ascensión y el descenso de un pico, una travesía o una simple excursión sobre terreno nevado. Esto es el Esquí de montaña en el Pirineo Aragonés

Como otras actividades de montaña, se trata de un deporte que comporta cierto riesgo. Es necesario usar material y equipo específicos, así como una preparación física y capacidad técnica que rebasan con mucho el simple dominio de las habilidades de descenso sobre nieve virgen.

 

Tiene su origen, como otras tantas modalidades, en los Alpes, durante las primeras décadas del siglo XX, en un momento en el que mientras que el alpinismo era una actividad de verano plenamente consolidada, durante el invierno y la primavera la alta montaña permanecía cerrada a toda actividad humana.

Actualmente se practica en cualquier parte del mundo, incluidos los Pirineos, Picos de Europa, Sistema Central y cualquier montaña suficientemente nevada. También se han desarrollado numerosas competiciones, organizadas por clubes de alpinismo o excursionismo.

Para realizar esta actividad se utiliza un material específico:

  • Tablas de esquí parecidas a las del esquí alpino aunque más ligeras.
  • Fijaciones especiales que permiten soltar el talón del esquí para poder caminar y ascender con menor dificutad.
  • Botas ligeras con suela de goma y posibilidad de soltar el tobillo, ya que también será necesario caminar con ellas durante un tiempo más o menos largo.
  • “Pieles de foca” (actualmente son sintéticas) que se colocan debajo de cada esquí para poder ascender pendientes sin retroceder. Su nombre proviene del animal marino cuya piel se usaba antiguamente para fabricar el accesorio. En la actualidad se usan otros materiales.
  • Cuchillas en caso de encontrarnos nieve dura.
  • ARVA (Aparato para la localización de Víctimas de Avalancha), sonda, pala, cuerda.
  • Además de las herramientas propias del alpinismo invernal como los crampones, piolet, vestimenta técnica, etc.

Te ofrecemos multitud de posibilidades para realizar con nosotros esta actividad:

Dificultad baja:

Pico Canal Roya: en el Portalet, un clásico de las raquetas y del esquí de montaña. Actividad de media jornada y con suaves laderas en el lado francés del Portalet.

 

Vuelta al Midi d’Ossau: sin dificultad técnica, pero muy larga, más de 7 horas rodeando este icono del Pirineo, el Midi d’Ossau.

Pico Pelopín: modesta montaña de apenas 2000 metros tan sólo esquiable en años con mucha nieve, y también ideal cuando la alta montaña está peligrosa. Sus vistas de Ordesa poco tienen que envidiar a otras ascensiones.

 

Pico de Ruego: entre Barrosa y Pineta, nos ofrece unas vistas únicas de la cara norte de Monte Perdido. Necesaria aproximación en 4×4.

 

Dificultad media:

Pico de Aspe: En el Valle de Aísa, ascensión algo técnica con zonas de gran pendiente. Orientación sur, muy recomendable.

 

Garmo Negro: vertiginosa ascensión desde el Balneario de Panticosa a este clásico tresmil, con un descenso espectacular.

 

Pico de Marboré: se realiza en dos jornadas, pernoctando en el Refugio de Góriz. En pleno Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido. Vistas únicas de Gavarnie y de su circo.

 

Punta Suelza: preciosa y solitaria montaña que, por muy poco, no llega a tres mil metros de altitud. Soledad garantizada.

 

Marioules: pico fronterizo que alcanzaremos desde el túnel de Bielsa. Pirámide casi perfecta que hará nuestras delicias tanto si subimos por la cara norte como por la sur

 

Pico de Bataillence: un gran clásico del esquí de montaña e ideal para iniciarse en esta actividad.

 

Posets: la segunda montaña del Pirineo nos ofrece el mejor descenso de la cordillera. Gran desnivel y cresta cimera como dificultades.

 

Bachimala: también en la zona del Posets, posee un descenso por su cara sur constante y una vista única de la cara norte del Posets.

 

Dificultad alta:

Pico de Barrosa: por su espolón sur es uno de los descensos más impresionantes del Pirineo Aragonés. Muy técnico.

 

Perdiguero: larga ascensión a este tresmil del Valle de Benasque, otro gran clásico del esquí de montaña

 

Paderna: famoso por el descenso de los tubos que llevan su nombre, nos ofrece en el entorno de Benasque, junto a las Maladetas y el Pico del Alba, un descenso técnico único.

 

Pico del Alba: clásico tresmil, con gran desnivel e impresionantes cresteríos

 

Pico de Aneto: el más alto del Pirineo. Esquiaremos por su glaciar hasta Aigualluts, si las condiciones lo permiten, ofreciéndonos un descenso increible.

 

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