Balneario de Panticosa, Valle de Tena
Descenso de barrancos nivel avanzado
El Barranco de Caldarés es un gran clásico del Pirineo Aragonés. Vertical, con gran caudal, rápeles dentro de cascadas y bellas panorámicas del balneario de Panticosa. Se trata de un descenso deportivo debido a su alto caudal de aguas muy frías. Además, para colmo, es muy resbaladizo. Es un barranco para realizar en verano.
A pesar de ser un descenso técnico, es muy cómodo tanto de acceso como de retorno. Y tiene numerosos escapes. Pero exige el dominio del rápel bajo condiciones especialmente difíciles, como son caudal elevado de agua, roca resbaladiza y agua muy fría.
La mayor parte de los rápeles discurren por la corriente, con lo que hay que dominar esta técnica, ya que nos veremos obligados a usar toda nuestra pericia para que la fuerte corriente de agua no nos haga perder el equilibrio y hacernos pasar un mal rato. A cambio tendremos un descenso muy divertido, de frías y cristalinas aguas, junto al sendero que sube al Refugio de Bachimaña, y rodeados de picos de más de tres mil metros de altura.
Cada uno de los rápeles tiene algún aliciente: la Cascada de Bozuelo, su longitud y desarrollo en el cauce, que nos hace ir con cuidado. El segundo rápel nos hace ver la fuera del agua. El cuarto rápel nos sumerge en una cortina de agua que parece imposible de superar, aunque después no es tanto, ya que siempre tenemos contacto con la roca y el agua está muy distribuida en la cascada (aunque sería peligroso con más caudal). Y el imponente Salto del Pino, de 30 metros, que aúna la belleza del propio rápel con las vistas del Balneario de Panticosa.
En resumen, un estupendo descenso deportivo, de nivel 4 por su caudal y sus delicados rápeles bajo la corriente de agua principal. Imprescindible haber realizado ya varios barrancos y dominar la técnica del rápel para poder afrontar este descenso. Rápeles largos, dentro del caudal de aguas muy frías, y que no nos permite relajarnos, ya que cualquiera de sus numerosos rápeles tiene alguna característica que lo hace delicado y nos obliga a extremar las precauciones y a poner todo de nuestra parte para evitar un susto.
Y para terminar la jornada, qué mejor que tomar algo en el Refugio Casa de Piedra, en el mismo Balneario, con un trato inigualable y menús estupendos.
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