Barranco Foz de la Canal

Barranquismo en Bielsa, Pirineo Aragonés

Descenso bonito y de rápeles encadenados. Reuniones a 20, 30 y 40 metros, en las que podemos elegir según la gente que haya en el descenso, excepto los rápeles finales, de 36 (parte volado) y 20. Muy estético y vertical. Perfecto para perfeccionar la técnica de rápel y hacer prácticas de uso y manejo de cuerdas y rápeles.

Descenso de barrancos que consideramos de nivel 3 por la cantidad y longitud de sus rápeles. Bello descenso, que con mucha agua puede resultar delicado, especialmente en el tramo final, más encajonado y que nos deja en una impresionante cascada de casi 40 metros seguida de otra de 20 en un paraje muy bello.

El barranco de la Foz de la Canal se encuentra muy cerca de Bielsa y desemboca en el río Cinca algo más arriba del desvío al Valle de Chistau. Este agreste barranco, vertical y de rápeles encadenados, es un bello descenso y muy estético. Ideal para practicar técnicas de rápel y de manejo de cuerdas. El barranco en sí está dividido en dos gargantas interrumpidas por un tramo intermedio sin interés deportivo y de cauce más abierto y cargado de vegetación. La primera parte, con una dura aproximación, es más técnica debido a su rápel de 70 metros. El descenso se hace entre rampas y toboganes, así como algún resalte destrepable y dos rápeles previos al gran circo de la cascada de 70 metros. En este punto hay que prestar atención al roce de las cuerdas a la hora de recuperarlas. Por eso se ha fraccionado en dos de 50 y 20 metros.

La segunda parte es la más frecuentada, hasta tal punto que suele estar bastante abarrotada de gente, sobre todo teniendo en cuenta que los rápeles están todos encadenados y no hace falta apenas recoger las cuerdas ya que el final de un rápel encadena con el principio del siguiente. Al principio son rampas y pequeños toboganes que haremos bajando por la cuerda. Este tramo de garganta combina muy bien los rapeles con los toboganes y destrepes y posee estéticas cascadas encadenadas.

Para acabar con muy buen sabor de boca, el final del barranco tiene la parte más estética e interesante del descenso: los dos rápeles mencionados, seguidos, con emoción asegurada si el caudal es bueno. El primero de ellos, además, es en parte volado.