Barranco de Otal
Torla-Ordesa (Valle de Bujaruelo)
El barranco de Otal en Bujaruelo es un descenso diferente. Se trata más bien de un río de alta montaña que en sus últimos metros antes del río Ara se encañona entre el tupido bosque.
Barranco de Otal
Barranquismo en Torla-Ordesa (Bujaruelo)
Ya la aproximación es un espectáculo. Llegar al Valle de Otal y contemplar el pico que le da nombre, junto a Tendeñera y el valle glaciar, merece ya la pena, a pesar del esfuerzo. Tras llegar a las verdes praderas, descendemos unos metros junto al cauce y cuando llegamos al primer rápel, nos equipamos con neopreno. Este río encañonado de alta montaña reserva muchas sorpresas. Saltos, toboganes y rápeles siempre con carácter acuático. Y el encuentro con el río Ara (el final de la Garganta de Ordiso), como colofón final, es todo un regalo.
Aunque algo abierto al principio, se va cerrando progresivamente y su parte central es más bien oscura (por el tupido bosque) y bien excavada, con curiosas formaciones de canalones en la roca. Además, es un barranco que siempre tiene un caudal importante, con lo que el agua nunca falta.
Además, se trata de un barranco poco transitado, lo que le da más sensación de barranco salvaje y solitario. Tiene 9 rápeles de hasta 21 metros de longitud. Algunos de ellos se pueden saltar, otros tienen toboganes, y el penúltimo rápel es impresionante y bastante técnico.
Terminado el Otal desembocamos en la parte final de la Garganta de Ordiso, que descenderemos hasta el final (puente de Oncins). Una vez allí sólo nos queda quitarnos el equipo de barrancos y volver caminando por la pista hasta los coches.
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