Aigüeta de Eriste

Aigüeta de Eriste, tramo IV

Descenso de Barrancos

Salimos del mismo pueblo de Eriste, junto a la central. En unos 40 minutos llegaremos al Puente de Tramarrius, donde comienza el descenso y donde, además, podemos valorar si el caudal es asequible o tenemos de volver por nuestros pasos para hacerlo otro día.

Se trata de un descenso considerado de nivel IV, es decir, que debemos tener ciertos conocimientos: movernos en aguas vivas, saber colocarnos el descensor… en definitiva, es preciso haber realizado otros descensos anteriormente. Un primer salto en las frías aguas del Eriste, nos hace despertar y recuperar el frescor perdido caminando en la subida o aproximación. En seguida llegamos al primer rápel, muy delicado incluso con poca agua. Tomamos, de todas formas, la opción menos complicada para evitar riesgos.

Tras unos metros evitando que la corriente nos arrastre, llegamos al segundo rápel por un pasamanos que necesita un cambio. Pero no tenemos cuerda para cambiarlo. Ese rápel, impresionante, nos deja en una gran sala o gorga. Un lugar único y que nos hace entender lo pequeños que somos ante este barranco. El ruido es ensordecedor y baja agua por todas partes. Además, la roca resbala de lo lindo, así que no hay que bajar la guardia en ningún momento.

Tras otro paso por aguas vivas, con cuidado, saltamos a otra poza para comprobar que el barranco se abre un poco y nos da un pequeño respiro. Luego veremos sus toboganes (uno de ellos de 25 metros), más rápeles y el rápel llamado «del rulo».

En definitiva, un barranco con pocos descansos, y en el que hay que estar alerta por las corrientes de agua, la roca resbaladiza y los pasos técnicos. Una maravilla del descenso de barrancos o barranquismo en el Pirineo Aragonés.